La respuesta en frecuencia del micrófono de cinta es uniforme, pero limitada, va de los 40 a los 14.000 Hz. (Los micrófonos de bobina móvil, que también son electrodinámicos, ofrecen mayor sensibilidad). Para mejorar la respuesta en alta frecuencia, muchos fabricantes utilizan la doble cinta. Son cintas de la mitad de longitud que las convencionales, montadas una sobre otra y conectadas en serie. Con esto, la cinta presenta la mitad de inercia y mejora la respuesta ante los agudos.
El estándar de impedancia de salida en los micrófonos de cinta profesionales, como en los micrófonos de bobina móvil, se sitúa en los 200 ohmios. Este es un valor lo suficientemente bajo como para permitir largas tiradas de cable.
Los micros de cinta son muy utilizado en los estudios de grabación, porque ofrecen gran calidad, pero son muy sensibles a las vibraciones producidas por su manipulación, lo que desaconseja su uso cómo micrófono de mano. Normalmente, sólo se utilizan para la toma de sonido estático y se sitúa anclado a un pedestal o colgado del techo.
Ante estos inconvenientes, Royer Labs ha desarrollado el Micrófono de estudio Royer R-101. Se trata de un diseño pionero con SPL (Sound Pressure Level) y ruido residual extremadamente bajo, (se puede usar tanto en estudio como en aplicaciones de directo). Una de las características más destacadas del R-101 es una pantalla multicapas para el viento que protege al micro de las ráfagas de aire. Este sistema también reduce el efecto de proximidad, lo que nos permite acercarnos más al micrófono. La suave respuesta de frecuencia de la cinta y la linealidad de fase, junto con niveles de sensibilidad superiores a los de los micrófonos de cinta clásicos, hacen que el R-101 proporcione un elemento de calidez analógica esencial en los actuales sistemas de grabación digital. Perfecto para guitarras eléctricas, instrumentos de viento y percusión, logra transmitir también un ambiente excelente y una gran profundidad cuando se usa para aplicaciones en salas de microfonía.